Querid@s Gossips:
Defiendo el derecho que tiene
cada persona a quererse como es, a no despreciar nada de su anatomía, aunque
esta a veces pueda desconcertar…
Proclamo el “BASTA YA” de avergonzarse de todo aquello que va en contra del estereotipo
clásico de belleza: nariz y orejas moderadas, pechos firmes, curvas
equilibradas y tipo esbelto, vamos el 60 -90- 60 de talla.
Pero con la misma contundencia
proclamo “el basta ya” a hacer el ridículo, por exhibir de manera innecesaria todo lo que tendría que pasar desapercibido,
si uno no se empeña en exhibirlo, poniendo ejemplos gráficos de lo que digo y
sin ánimo de ser brusca.
Mujeres que pasan de llenitas a “jamonas” en el momento
que se enfundan en unos shorts o top que desbordan sus muslos y axilas entre la
escasa tela que les ciñe, o chicas mega- pechugonas que con exagerados escotes o
transparencias, se empeñan en que no se mire la expresión de sus ojos que seguro tienen más que contar que su escote.
A veces me llaman la atención personas que pienso, que no tienen espejo en
casa o como se ha dicho siempre que “la viste el enemigo”
Tenemos que potenciar lo bonito y
no mostrar lo menos agradable. Como consejo general que le doy a mi hija y también
os trasmito mis queridas seguidoras es que en tiempo de calor hay que saberlo sufrir con
elegancia, con la misma que cuando las circunstancias lo exigen somos capaces
de enfundar nuestros pies en unos estrechos zapatos, con tacones de
vértigo durante largas jornadas. No se trata
de desvestirse, que de eso ya se encarga la publicidad y algunos diseñadores
que no siempre nos quieren bien a las mujeres, y como consejo 10 nuca enseñar
la ropa interior (como su nombre indica) eso va también para el genero
masculino.
Sino de ponerse prendas con telas
fresquitas y colores acordes al verano, por ejemplo huir de los tonos oscuros. Hay que aprender a conocerse, a vestir y actuar conforme a la edad y al aspecto que uno trasmite.
Que ridículas
resultan esas mujeres ya sexagenarias vestidas de jovencitas de 20. Eso si, lo
mismo que las jovencitas de 20, que delgadas o no, se empeñan en ataviarse
desubicadas para la ocasión, que hacen turismo vestidas como si fueran de boda, van a fiestas a
recoger premios o a la iglesia como se va a la playa o la playa como se va a la
ducha.
En fin se trata de intentar
adecuar a cada momento el vestuario y porte que debemos lucir, no es fácil,
pero habrá que aplicar un poquito de reflexión y de sentido común delante del
espejo.
Con mucho cariño
Sra. Waldorf
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